lunes, 25 de abril de 2011

Resumen y conclusiones del Proyecto sobre los once desaparecidos republicanos del cementerio de San Juan (La Laguna, Tenerife)


El pasado 15 de marzo terminaron los trabajos de excavación arqueológica e investigación histórica sobre los once desaparecidos republicanos del Cementerio de San Juan. Dicho proyecto fue financiado por la Universidad de La Laguna y apoyado activamente por el Ayuntamiento de La Laguna y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife. El equipo de investigación del referido proyecto tuvo como coordinador institucional de la ULL al Profesor Adjunto Manuel A. Clavijo y como el coordinador de los técnicos al Doctor Alejandro Gámez Mendoza. El trabajo duró un mes y medio y tuvo dos vías de investigación fundamentales, que podemos caracterizar como documentales y arqueológicas.

En primer lugar, los historiadores Victorio Heredero Gascueña y Luana Studer Villazán llevaron a cabo una investigación histórica fundamentada en dos tipos de fuentes de información; la documentación escrita (en su mayoría trabajada en el Archivo Municipal de La Laguna y en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife) y las fuentes orales (obtenidas con 12 entrevistas a familiares directos de los represaliados o a varios informantes relacionados con el cementerio de San Juan). Los objetivos prioritarios de dicha labor consistieron en, por un lado, conocer la vida y pensamiento de los once desaparecidos durante la guerra civil en la ciudad de La Laguna, y, por otro lado, contribuir a esclarecer algo más las circunstancias de su desaparición, asesinato y posible localización de sus cuerpos[1]. En este sentido, se trataba de auxiliar al grupo arqueológico aportando posibles ubicaciones alternativas o complementarias a las aportadas por el presidente de honor de la ARMHT, Don Alfredo Mederos, ya fuera dentro del Cementerio de San Juan como fuera de el mismo.
Las conclusiones fundamentales de dicha fase de investigación oral y documental fueron las siguientes:

- Las diversas fuentes orales consultadas apuntan a varias posibles causas e hipótesis sobre las desapariciones. Unas están enfocadas a la posibilidad de que varios de los investigados fueran arrojados al mar, por la zona de San Andrés; otras inciden en la hipótesis de que fueran fusilados, tras ser sacados de la cárcel de la calle Consistorio, y enterrados en una la posible fosa común bajo la actual pista de aterrizaje del aeropuerto lagunero; y una tercera, defendida por Alfredo Mederos, que apunta a su entierro en el cementerio de San Juan. Puesto que se trata de hipótesis fundamentadas en testimonios indirectos en su mayoría, no estamos en disposición de entrar a valorar tajantemente cual de las tres es la versión “verdadera”.

- A pesar de ello, parece suficientemente improbable que los once individuos investigados terminaran sus vidas en una misma “saca” y que, en consecuencia, fueran enterrados juntos. Por ello, consideramos que es históricamente erróneo considerar que los once fueron enterrados en el cementerio de San Juan. Más bien, a la vista de esta investigación, podría hablarse con más propiedad de “los once de La Laguna”, teniendo en cuenta que se trataba de individuos que hicieron la mayor parte su vida pública y política en la ciudad de La Laguna, con un buen número de vínculos de diversa índole entre ellos. Por supuesto, esta afirmación no implica que, como es posible, hubieran más desaparecidos en la ciudad de La Laguna que añadir a esta lista de once de sus habitantes asesinados.

- A pesar de lo expuesto, en lo que atañe a la investigación documental, no es posible descartar que “algunos” de ellos fueran asesinados y, posiblemente, enterrados en algún lugar del cementerio de San Juan, pues así lo manifiestan varios testimonios orales que apuntan a la cifra de “cinco” o “siete”. Un enterramiento que podría haberse realizado en el momento del asesinato o posteriormente. Otra cosa bien distinta es que dicha fosa pudiera haber permanecido intacta durante estos 74 años, pues es bien conocido la práctica de destrucción o reubicación de los restos de las fosas comunes cada cierto tiempo.

· Al estar insertos en un proyecto arqueológico y centrados fundamentalmente en las circunstancias de su desaparición, los historiadores de este proyecto no pudieron abordar con la profundidad deseada la dinámica vital y política de sus protagonistas. Sin embargo, por la información obtenida tangencialmente, parece obvio que su caracterización vital requiere de numerosas matizaciones, respecto a los datos conocidos hasta el momento. Las líneas para esta futura ampliación de la investigación podrían centrarse en las interesantísimas conexiones vitales entre los desaparecidos y su presencia y contextualización en el movimiento obrero lagunero. Además, estudiados en el contexto político de la II República en La Laguna, podría apreciase mejor la movilidad ideológica de nuestros protagonistas y las cambiantes alianzas estratégicas que fueron comunes entre las diversas fuerzas políticas durante el período republicano y que, necesariamente, tuvieron influencia en las identidades de los 11 individuos estudiados.

B) Por su parte, se realizó una intervención arqueológica en tres zonas del cementerio de San Juan. Los trabajos de excavación, dirigidos por el citado Alejandro Gámez, fueron realizados por los arqueólogos y bioantropólogos Guacimara Ramos Pérez, Aioze Trujillo Mederos, Alejandra Calderón Ordóñez y Nuria Álvarez Rodríguez. La primera intervención arqueológica fue realizada en la ubicación aportada por el Presidente de Honor de la ARMHT, Don Alfredo Mederos, en función de la información recabada en sus investigaciones. Dicha intervención se realizó sobre una amplia zona del cementerio en un lateral de la capilla, sin que se encontrasen los cuerpos de los represaliados. Posteriormente, y en función de otras informaciones orales, se intervino en la zona del cementerio civil y en el osario del cementerio. Tales intervenciones tampoco concluyeron con la localización de los once desaparecidos. Consideramos que a pesar de esta circunstancia la intervención resultó provechosa por dos razones. En primer lugar, puesto que sirvió para descartar o complejizar la hipótesis del cementerio de San Juan. Y, además, puesto que constituyó una intervención arqueológica de gran interés para otros aspectos de la historia de canarias, por los siguientes elementos:

- Se trata de un nuevo tipo de espacio funerario que no se había documentado arqueológicamente en Canarias, siendo habitual que tales intervenciones se centren en contextos muy parciales como conventos o iglesias de alto valor patrimonial. De esta manera, afrontar intervenciones en cementerios cristianos y en zonas no católicas dentro del mismo, nos invita a conocer nuevos aspectos de la pretérita sociedad canaria.
- Nos permite constatar arqueológicamente el ritual funerario en espacios no documentados hasta ahora. Vemos como se mantiene una tradición comenzada en las iglesias a lo largo del Antiguo Régimen, continuando con las mismas tradiciones en los cementerios conformados en el Siglo XIX. En este sentido se aprecian variaciones en el ritual que conocemos para otros espacios de las iglesias en momentos muy tardíos del siglo XVIII, como es el empleo de la cal, lo que nos abre a una nueva vía de investigación para el estudio de este tipo de espacios funerarios.
- La excavación ha permitido la ampliación de la muestra de individuos analizados de diferentes edades y sexo, con lo que será posible la comparación de una serie de parámetros arqueológicos y analíticos con los datos que se conocen para la población del siglo XVIII que se inhuma en iglesias.
· Se han localizado un conjunto de materiales asociados a las inhumaciones católicas como son anillos, botones, crucifijos, etc. que nos ayuda a completar la colección de materiales asociados al ritual funerario en Canarias.

Atendiendo, por tanto, a las conclusiones de la fase documental y arqueológica, el proyecto de investigación sobre once de los desaparecidos de La Laguna ha tratado de complejizar las hipótesis existentes sobre su posible paradero y demás elementos de la vida de los desaparecidos, abriendo con ello nuevas vías de análisis que puedan ser continuadas en sucesivas investigaciones. Para ello, se ha servido de una sistematización y una orientación metodológica multidisciplinar rigurosa, imprescindible para trabajos  en los que los resultados se prevén complejos y con un margen temporal limitado para obtenerlos. Además, el trabajo de información y divulgación realizado a lo largo del proceso, tanto con las familias de los desaparecidos como respecto a la sociedad isleña en general, ha permitido llevar a cabo una tarea de sensibilización social sobre una parcela importante de nuestro pasado reciente. Con ello, además, se ha dado a conocer a la sociedad los procedimientos propios de la investigación histórica y su utilidad para comprender nuestra historia.

Grupo de investigación sobre los desaparecidos del cementerio de San Juan


[1] Los once desaparecidos son: Cecilio Honorio de Armas Fernández, Vicente Hormiga Mederos, Alfredo Mederos Galán, Domingo García Hernández, Jacinto Silvera Peña, Alfonso Martín Power, Saturnino González Falcón, Guetón Rodríguez de la Sierra Melo, Domingo Cabrera Cruz, Juan José Martín Escobar y Manuel Luis Figueredo Rojas.

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